Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)


Pedro Bonifacio Palacios, consagrado con el seudónimo Almafuerte, nació en la ciudad de San Justo, Provincia de Buenos Aires, el 13 de mayo de 1854, y desde joven se convirtió en el maestro de los desposeídos.
El poeta, docente sin titulo desde los 16 años en una escuela de Trenque Lauquen, fue dejado cesante por razones políticas en 1896.
Desde la dirección del diario El Pueblo, en 1890, estimuló con su pluma a los jóvenes idealistas que enraban en la política de la mano de Alem, en los heroicos tiempos de la Revolución del Parque.
En 1917 muere en su vieja casona de La Plata, declarada posteriormente monumento histórico.

Obras

1906 Lamentaciones
1907 Siete sonetos medicinales
1915 Evangélicas
1917 Poesías
1918 Nuevas Poesías
1919 Milongas clásicas, sonetos medicinales y Dios te salve. Discursos
La inmortal
El misionero
Trémolo
Cantar de los cantares
La sombra de la patria


Avanti
Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)


¡Avanti!

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentas
se formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!



¡Piu Avanti!

No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!

¡Molto piu Avanti!


Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!
¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡nunca sigas impulsos compasivos!
¡ten los garfios del Odio siempre activos
los ojos del juez siempre despiertos!
¡Y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!

¡Molto piu Avanti ancora!

El mundo miserable es un estrado
donde todo es estólido y fingido,
donde cada anfitrión guarda escondido
su verdadero ser, tras el tocado:
No digas tu verdad ni al mas amado,
no demuestres temor ni al mas temido,
no creas que jamas te hayan querido
por mas besos de amor que te hayan dado.
Mira como la nieve se deslíe
sin que apostrofe al sol su labio yerto,
cómo ansia las nubes el desierto
sin que a ninguno su ansiedad confíe...
¡Trema como el infierno, pero rie!
¡Vive la vida plena, pero muerto!

¡Moltíssimo piu Avanti ancora!

Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
en esa frágil cárcel de las fieras,
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones
lo mismo que dos plácidos horteras;
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su aula,
buscando las rendijas, no las llaves...
¡Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula!

Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)
Nuevas Poesías (1918)

La yapa
Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)


Como una sola estrella no es el cielo,
Ni una gota que salta, el Océano
Ni una falange rígida, la mano,
Ni una brizna de paja, el santo suelo:

Tu gimnasia de cárcel no es el vuelo,
El sublime tramonto soberano,
Ni nunca podrá ser anhelo humano
Tu miserable, personal anhelo.

¿Qué saben de lo eterno las esperas:
De las borrascas de la mar, la gota
De puñetazos, la falange rota;
De harina y pan, la paja de las eras?

¡Detente! por piedad, pluma, no quieras
Que abandone sus armas el ilota!

Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte)
Siete sonetos medicinales (1907)

DÉCIMAS



Yo soy flor que se marchita
al sol de la adversidad,
el arbolito en mitad
de la llanura infinita.

La paloma, pobrecita
que arrastran los aquilones,
entre oscuros nubarrones
de tempestades airadas,
soy la barca abandonada
en el mar de las pasiones.

Soy el ave que al bajar
de los aires fatigada,
no tiene ni una enramada
ni un árbol en que anidar;

y si vuelve a levantar
las tristes alas del suelo,
encuentra nublado el cielo
y desecha la tormenta,
y el pájaro se lamenta
y vuelve a tender su vuelo.

Yo no canto por llamar
la atención que no merezco,
yo canto porque padezco
penas que quiero olvidar;

que tan solo con cantar
se va al viento nuestra pena,
y yo tengo el alma llena
de pesares y amarguras,
¡Más que en La Pampa hay anchura
más que en la mar hay arena!


¡Adiós primorosa flor!
Adiós lucero invariable,
solamente comparable
a la estrella de mi amor;

cuando sientas un dolor
parecido al que yo siento,
Dios quiera que tu lamento
no sucumba en la ignorancia,
y atraviese la distancia
sobre las olas del viento.


SIN TREGUA

¡Levántate holgazán!... ¿Ves el conjunto,
la gloriosa verdad de las estrellas?
Pues sabe que sin ti, sombra, trasunto
dejarían de andar y ser bellas;
porque basta que ceda un solo punto
para verlas caer a todas ellas.
¡Levántate holgazán, vibre tu pulpa
peligra el Universo por tu culpa!


Nadie te dice, nadie, que no sueñes,
y la luz de otros tiempos no vislumbres,
que sin haber subido te despeñes,
y a vivir despeñado te acostumbres.

Que la visión angélica desdeñes
de la paz que sospechas en las cumbres,
¡más de tus sueños de holgazán no hables
porque tienen que ser muy miserables!


Llénate de ambición, ten el empeño
ten la más loca, la más alta mira,
no temas ser espíritu, ser sueño,
ser ilusión, ser ángel, ser mentira.

La verdad es un molde, es un diseño
que rellena mejor quién más delira,
¡Que la ciencia es brutal y que no sueña?
¡eso lo afirma el asno que la enseña!

Naciste en el peldaño de una escala,
no en el seno confuso de una nube,
con el cetro en las manos, o la pala,
pero raudo y audaz como un querubín.

Si no son los peldaños, es el ala
que te despierta y que te grita ¡sube!
¡sube sin timidez, no te abandones
si te asusta volar, hay escalones!

Comer bien, dormir bien, es lo de menos,
pero soñar lo menos es afrenta,
no es digno del dolor romper los frenos,
tan solo por la vianda suculenta;

¡Delante de un redil de vientres llenos
prefiero yo, la humanidad hambrienta!
ten una vez hermano, la inmodestia
de pensarte más hombre que una bestia.
¡Levántate holgazán, vibre tu pulpa
peligra el Universo por tu culpa!

POBRE JUAN

Te dirán entre muecas desdeñosas
los nenitos de Juan el carpintero,
que "sería más útil un obrero
si ambas manos tuviese habilidosas"

Y después de soltar tan graves cosas,
como quien hecha migas a un jilguero,
te dirán que "rosal y duraznero
son rosáceos los dos, porque dan rosas"

Pero ven cuatro plantas florecidas
esos grandes filósofos enanos,
¡y van y las destrozan inhumanos,
cual rapaces querubes homicidas!

Niños en cada flor hay muchas vidas,
y las manos que matan, no son manos.

3 comentarios:

Maribel dijo...

que lastima que nadie comente, no es muy conocido pero yo admiro a este hombre, su magia ilumina.

MIGUEL HUGO TORRES dijo...

El pio avanti siempre me acompaña y resuena cada ves que se presenta una adversidad en la vida . Aqui encontre mas de sus versos admiro a este maestro de la vida

Anónimo dijo...

Es extremadamente conocido y el mejor de todos.