Museo de Arqueologia de Alta Montaña - MAAM

El Museo de Arqueología de Alta Montaña nace de la voluntad del Gobierno de la Provincia de Salta -por medio de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Educación- para resguardar, estudiar y difundir, el hallazgo de los “Niños del Llullaillaco”, sin duda uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años.

Fuente: http://www.maam.org.ar
Está prohibido sacar fotos dentro del museo.

Exposicines Permanentes

LOS NIÑOS DE LLULLAILLACO
Fueron ofrendados a 6.730 metros de altura, en la cumbre del legendario volcán Llullaillaco. Sus tumbas, las más altas en todo el Tawantinsuyu y posiblemente en el mundo, guardaron durante cinco siglos los secretos de un importante ritual.
Hoy, gracias a las investigaciones arqueológicas, podemos conocer más sobre la forma de vida de nuestros antepasados.
Estos niños, que hace varios siglos cedieron su tierna vida a un propósito divino en el lugar más cercano al Sol, hoy nos transmiten la sabiduría milenaria de los pueblos que habitaron en el mundo andino.
Las características únicas del hallazgo y el estado de conservación de los cuerpos, obligan a un cuidadoso y respetuoso tratamiento.
No son simples objetos que se exponen en una vitrina. Son seres humanos cuya exhibición puede generar diferentes tipos de reacciones y sentimientos.
Por ello el visitante puede elegir si desea o no observar los cuerpos, siempre con mucho respeto y silencio.
Este museo, específico en su temática, intenta ser un generador de inquietudes y preguntas cuyas respuestas se encuentran en los miles de años de nuestra historia americana.

La Niña del Rayo
Esta niña tenía un poco más de seis años. Estaba sentada con las piernas flexionadas, las manos semiabiertas apoyadas sobre los muslos y su rostro en alto apuntando hacia el Oeste-Suroeste.
Luego de su entierro, en algún momento de los últimos siglos la elevada temperatura de una descarga eléctrica quemó parte de su rostro, cuello, hombros y brazos, como asimismo sus prendas y parte del ajuar que la acompañaba.
Lleva puesto un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja multicolor. Sobre sus hombros la cubre un manto o lliclla de color marrón sostenida por un prendedor o tupu de plata colocado a la altura del pecho.
La cabeza y parte del cuerpo estaba cubierta por una gruesa manta de lana oscura, y todo el cuerpo estaba envuelto en otra manta de color claro con bordados rojos y amarillos en su perímetro.
Su cabello lacio está peinado con dos trenzas pequeñas que salen de la frente, y lleva como adorno una placa de metal. Sus ojos están cerrados y la boca semi abierta, pudiéndose observar la dentadura. Como sinónimo de belleza y jerarquía, su cráneo fue intencionalmente modificado, teniendo una forma cónica.

La Doncella
Esta joven mujer tenía unos quince años de edad. Estaba sentada con las piernas flexionadas y cruzadas, sus brazos apoyados sobre el vientre y su rostro mirando en dirección opuesta a la niña del rayo.
Tiene un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja con dibujos geométricos que combinan colores claros y oscuros con los bordes rojos. Sobre sus hombros lleva un manto o lliclla de color gris con guardas rojas, sostenida por un prendedor o tupu de plata a la altura del tórax. En su pecho, cerca del hombro derecho, tiene un conjunto de adornos colgantes de hueso y metal.
Su largo cabello está peinado con pequeñas trenzas, como era costumbre en algunos poblados de los Andes. Los peinados y adornos en la cabeza servían para identificar a las personas cultural y geográficamente.
Su rostro fue pintado con un pigmento rojo, y arriba de la boca se observan pequeños fragmentos de hojas de coca.
Posiblemente esta joven haya sido una aclla o “virgen del Sol” educada en la “Casa de las Escogidas” o aclla huasi, un lugar privilegiado para las mujeres en el tiempo de los Incas.

El Niño

Tenía siete años de edad. Estaba sentado sobre una túnica gris con las piernas flexionadas y su rostro -en dirección al sol naciente- apoyado sobre las rodillas.
Un manto de color marrón y rojo cubría su cabeza y mitad del cuerpo.
Como todos los hombres de la elite incaica llevaba cabello corto y un adorno de plumas blancas, sostenido por una honda de lana enrollada alrededor de la cabeza.
Está vestido con una prenda de color rojo; tiene en sus pies mocasines de cuero de color claro con apliques de lana marrón; posee tobilleras de piel de animal con pelaje blanco y en su muñeca derecha lleva puesto un brazalete de plata.
Sus puños están cerrados; el rostro no es visible y sus párpados están semi cerrados. Posee una ligera deformación del cráneo que sugiere su origen noble.
Como parte de su ajuar se encontraban cuatro grupos de objetos en miniatura representando caravanas de llamas conducidas por hombres con finas vestimentas, representando esto una de las principales actividades masculinas.
Las hondas eran usadas por los hombres con fines rituales; con ellas lanzaban piedras a las lagunas después de la estación seca para atraer a las lluvias.

LA REINA DEL CERRO

Santuarios de altura incaicos
En la década de 1920 la tumba de una niña ofrendada a las divinidades incas fue violentada. Su cuerpo y numerosos objetos del ajuar sufrieron las consecuencias del tráfico ilegal de bienes culturales.
Trasladada a Buenos Aires y paulatinamente despojada de los elementos que la acompañaron, pasó por varios dueños durante ocho décadas. El conjunto se encuentra hoy alterado, este hecho sirve como lamentable ejemplo de las consecuencias que ocasiona la falta de conocimiento y el descuido para con nuestro patrimonio cultural.
Después de largos años de desamparo, la "Reina del Cerro", como la llamaban los pobladores calchaquíes, vuelve definitivamente a la provincia de Salta.
Su presentación al público merece un tratamiento especial por tratarse de restos humanos y de objetos sagrados.
Es nuestro compromiso, como institución titular de cultura, velar por su cuidado, estudio y comprensión; presentándola a toda la sociedad en un marco de profundo respeto.
Luego de ocho décadas de vagar por distintas colecciones privadas la momia del Cerro Chuscha y su pequeño ajuar, vuelven a Salta gracias a la donación del Dr. Matteo Goretti.
Por Decreto Nº 199-037166/06 la Provincia de Salta hace efectiva la voluntad del donante y suma a su patrimonio cultural este importante testimonio del mundo Inca.

Cronología
1400 - 1532: Los Incas ofrendaron la vida de una niña en lo alto de un cerro, durante una Capacocha.
1920 - 1922: Se extrae el cuerpo del Cerro Chuscha (Salta) a 5.175 metros de altura.
1924: La momia es comprada por un coleccionista y llevada a Buenos Aires.
1935: Se canjea el cuerpo y una colección arqueológica por una instalación domiciliaria de gas.
1935-1985: El cuerpo permanece en un sótano durante medio siglo.
1985: La momia es vendida por 45 dólares en un remate.
1985: Un coleccionista la canjea por piezas arqueológicas de su museo privado.
2001: La Fundación CEPPA (Centro de Estudios para Políticas Aplicadas) adquiere el cuerpo con un pequeño ajuar y destina fondos para realizar los primeros estudios científicos y trabajos de conservación.
2006: La momia del Chuscha vuelve a la provincia de Salta.

La Capacocha
Fue una importante festividad ritual cíclica del mundo Inca, donde participaban una gran cantidad de personas, en los diversos adoratorios del Tawantinsuyu.
El Inca, como autoridad, decidía cuándo debía hacerse. Se difundía la noticia a través de los corredores o chaskis por la vasta red de caminos. Los curacas y sacerdotes de las cuatro provincias o suyos reunían las ofrendas y las llevaban hasta el Cusco. Una vez allí, se llevaban a la plaza de Aucaypata (actual plaza de Armas) donde estaban las representaciones de las divinidades y momias de los ancestros. Luego del largo viaje, participaban durante algunos días de rituales de purificación, mientras se acondicionaban las ofrendas para su destino final.
Concluidas las ceremonias, regresaban hacia las cuatro provincias las peregrinaciones con las ofrendas y criaturas que iban a ser entregadas a las deidades.
La calidad y cantidad de ofrendas dependía de la importancia de las huacas (sitios sagrados). Muy pocas recibían ofrendas humanas como los picos del Llullaillaco, Quehuar y Chuscha.

Las montañas sagradas en el Mundo Inca
En la cordillera de los Andes se localizaron más de 200 montañas con restos arqueológicos. Cada uno de estos cerros tenía un nombre y una historia, divinidades y ancestros particulares que protegían a las comunidades cercanas, quienes realizaban sus ofrendas y peticiones.
No todas las montañas tenían la misma importancia para los habitantes andinos prehispánicos y ello es evidente en el trabajo invertido en la construcción de edificios y caminos, también en la cantidad y calidad de ofrendas realizadas en ellas.
Hasta el momento, se sabe que en pocas montañas se realizaron ofrendas humanas. Se exhumaron, hasta hoy, 27 cuerpos en toda la cordillera de los Andes. En Argentina son 6 las montañas donde los Incas ofrendaron la vida de 8 niños.

Montañas con capacochas en Argentina
Aconcagua (Mendoza)
Chañi (Salta-Jujuy)
Chuscha (Salta)
Llullaillaco (Salta)
Quehuar (Salta)
El Toro (San Juan)

De las ocho ofrendas humanas realizadas, las cinco provenientes de montañas de la provincia de Salta, se encuentran custodiadas y preservadas en este museo.

El Volcán Quehuar y la arqueología
De 6.180 m de altura, está ubicado en el corazón de la Puna argentina. Fue considerado por los incas como un importante adoratorio o huaca.
Probablemente el nombre del volcán esté relacionado con la nobleza. El Inca Garcilaso de la Vega (1539 - 1616) fue sobrino de Quehuar Tupac, el tercer hijo de Tupac Inca Yupanqui
Durante el Período Inca, una joven de 12 años fue ofrendada en la cima del volcán en el contexto ritual de una capacocha.
En la década de 1970 profanadores de tumbas dinamitaron el sitio arqueológico y entre otros daños, destrozaron el cuerpo de la joven.
En 1999 un grupo de arqueólogos realizaron excavaciones en la cima del nevado del Quehuar y bajaron el cuerpo y vestigios de su ajuar, que hoy se conserva e investiga en el MAAM.

El Cerro Chuscha

Ubicado en el Departamento de Cafayate, al sur de la provincia de Salta, forma parte de la serranía de Cajón o Quilmes y con 5.468 m es la montaña más elevada de la región.
El lugar de donde fue extraída la momia no se conocía, ello motivó a que el CIADAM (Centro de Investigaciones Arqueológicas de Alta Montaña - San Juan) realizara campañas de búsqueda en los años 1984, 1992 y 1993. Finalmente, en 1996, una expedición organizada por el CECOPAM (Centro para la Conservación del Patrimonio de Montaña -Salta), el CIADAM y un grupo de montañistas de Cafayate, localizaron el lugar donde se extrajo la niña del Chuscha.
La niña del Chuscha fue dada a conocer por una publicación del Profesor Amadeo R. Sirolli titulada "La momia de los Quilmes" (1977).
Los habitantes de Real de Tolombón, ubicado en la base de la montaña la llamaron "Reina del Cerro" y mientras estuvo allí le prendieron velas y la entregaron ofrendas. Cuando desapareció de Cafayate lamentaron la pérdida.
Posteriormente recibió, sucesivamente, el nombre de "Momia del Cajón" -por la serranía de donde fuera extraída en la década de 1920- y en Buenos Aires se la conoció como la "Momia del Sótano" debido al lugar en el que se la depositó durante muchos años.
Finalmente, cuando se supo el nombre de la montaña donde había sido ofrendada esta niña, tomó el nombre de "Momia del Chuscha".
Los habitantes de la región de raigambre Diaguita también la llaman "La Reina del Cerro".

Estudios científicos
Los estudios propiciados por la Fundación CEPPA permiten saber hoy algunos aspectos de la vida y muerte de esta niña inca.
Se le practicaron estudios Bioantropológicos (radiografías, tomografías computadas, estudios microbiológicos, anatomopatológicos, de ADN y análisis de cabello); estudios Arqueológicos (sobre los textiles y plumas, el collar y los objetos de cerámica que formaban parte del ajuar y análisis físico - químico del disco de bronce); estudios del entorno (cinco campañas de exploración del terreno) y estudios de fuentes documentales.
Edad: 8 y 1/2 años estimada
Estatura: 110,4 cm
Análisis de cabello: No registra consumo de hojas de coca ni tabaco que eran frecuentes en los rituales.
Causa de la muerte: Herida punzante en la espalda (hemitorax derecho) que causó un shock traumático hemorrágico.

No hay comentarios: